La fotografía de falsa euforia de Enrique Peña Nieto, su esposa y sus cercanos ante el triunfo de la selección nacional contra Nueva Zelanda tiene un tufo de los típicos arreglos corruptos que suelen caracterizar al futbol. Si algo se celebra en esa imagen ensayada, no sería la victoriade una selección mediocre, sino el alivio de Televisa que tanto invirtió en los derechos de transmisión de la Copa Mundial.
El engañoso y perverso enaltecimiento del consumismo del Buen Fin constituye la perfecta metáfora para la coyuntura nacional actual. Si Peña Nieto compró la elección que lo llevó a la Presidencia, si la Secretaría de Hacienda compró su Presupuesto de Egresos para 2014 con precios que oscilan entre 10 y 24 millones de pesos por diputado, y los cabilderos de las grandes petroleras compran al precio que sea plumas y conciencias con el fin de aprobar sureforma energética, ¿por qué no Televisa habría de comprar un partido de futbol que para la selección de Nueva Zelanda no significaba absolutamente nada?
Abundan las historias de corrupción, fraudes y engaños en el futbol. La comisión de ética interna de la FIFA ha tenido que reconocer la constante realización de millonarios sobornos a los más altos funcionarios de la federación internacional. Este mismo año estos escándalos le costaron el cargo de presidente honorario al propio Joao Havelange y a su yerno Ricardo Teixeira.... Para continuar leyendo oprima aquí