Todo parece indicar que ni el IFE, ni la Fepade actuarán a tiempo para esclarecer los gastos y sancionar los delitos antes de la calificación de la elección por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Por su parte, el mismo TEPJF también se prepara para cerrarle el paso a las peticiones del Movimiento Progresista, quien le requirió las pruebas y la información necesarias para resolver sobre la validez de la elección.
Una vez más privarán los pactos políticos y la indolencia burocrática por sobre la rendición de cuentas y la participación ciudadana. En aquellos excepcionales casos en los que se logre aplicar sanciones en materia electoral, ellas serán seguramente muy menores y llegarán muy tarde. Quizás en algún momento, en los próximos años, el IFE se anime a castigar a PRI y PVEM con una multa simbólica. Pero, tal y como ocurrió en el caso de Amigos de Fox, el agravio contra la voluntad popular ya habrá sido consumado.
Lo más preocupante de este panorama es que una Presidencia de la República ganada a la mala solamente puede augurar un gobierno capturado por los poderes fáctic
os y entregado a la corrupción. Los nuevos nombramientosde los mismos personajes de siempre (Videgaray, Osorio Chong y Murillo Karam) demuestran que un eventual gobierno de EPN seguiría exactamente el mismo guión que su campaña, apostándole a la compra de voluntades por sobre el convencimiento y el diálogo.
En este contexto, las propuestas de EPN en materia de transparencia y combate a la corrupción (su Comisión Nacional Anticorrupción, el fortalecimiento al Instituto Federal de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos (Ifai) y la instancia para vigilar los contratos entre el gobierno y los medios de comunicación) son meras.... para contïnuar leyendo oprima aquí