El gran tema que rondó todas y cada una de las intervenciones de los candidatos presidenciales en el debate fue el de la corrupción, ya fuera como diagnóstico, como denuesto, como denuncia, o como promesa para combatirla. Ya sabemos que Walmart desembolsó 24 millones de dólares en sobornos y corruptelas para agilizar permisos de construcción en áreas no pocas veces reservadas a hospitales, escuelas, reservas ecológicas y hasta zonas arqueológicas.
Pero más que saber lo que Walmart pagó, hoy lo urgente es saber lo que esta empresa, y otras similares, no pagan. El tema de fondo son los miles de millones de pesos que esta trasnacional y muchos otros poderosos grupos, continuamente dejan de ingresar al fisco vía la evasión de impuestos, los regímenes preferenciales y la multiplicación de los llamados créditos fiscales. Es ahí donde junto a los fraudes y las tropelías de los actores privados, se anida la gran corrupción que tiene al país al borde del colapso. Durante el sexenio de Calderón, Walmart recibió más de 2 mil contrataciones gubernamentales, 200 nuevas concesiones, y tan sólo en 2011, 365 permisos para abrir nuevas sucursales, (abriendo una sucursal diaria: 365) ello demuestra que hoy por hoy el sistema económico en nuestro país funciona a partir de un continuo tráfico prácticas ilícitas, intereses empresariales y lobbies políticos que claramente anulan la competencia y el crecimiento. Los cálculos recientes han estimado que la corrupción involucrada en las licitaciones y ...
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