No nos confundamos: las conversaciones que un servidor público sostiene durante horarios de trabajo con otros funcionarios públicos en relación con sus labores institucionales no son "comunicaciones privadas" sino información absolutamente pública. El señor Lorenzo Córdova, Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), sostuvo un intercambio con el Secretario Ejecutivo del mismo Instituto público, Edmundo Jacobo, en el cual procesaron una reunión realizada entre el INE y líderes de comunidades indígenas. El diálogo se realizó a través de celulares que todos los mexicanos pagamos con nuestros impuestos.
Los endebles argumentos respecto a la invasión de la “privacidad” del señor Lorenzo Córdova son apenas una desesperada estrategia que revela un brutal desconocimiento de las leyes y los principios más elementales en materia de transparencia y rendición de cuentas. El problema central no es que todo mundo haya ya escuchado el “lenguaje jocoso” (Córdoba dixit) con el que se refiere a los indígenas de nuestro país, el problema es que hasta hoy ésta sea la única conversación que los ciudadanos hayamos podido conocer del grupo de consejeros que actualmente se encuentran en el INE al servicio de Los Pinos y que día a día lucran con las instituciones públicas del país. Urge transparentar de manera absoluta todas las deliberaciones y reuniones de absolutamente todos los funcionarios electorales del país.
El contenido del bochornoso intercambio es sin lugar a dudas de interés público. Es importante que los ciudadanos conozcan la forma de pensar, de expresarse y de actuar de los funcionarios públicos en el ejercicio de sus labores. Ello fortalece la rendición de cuentas y facilita el mejor funcionamiento de las instituciones.
La divulgación de la grabación está protegida tanto por el artículo sexto de la Constitución como por la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública. De acuerdo con el "principio de máxima publicidad", toda información sobre las actividades gubernamentales es pública a menos que ella figure de manera explícita en alguna causal de reserva.
En el audio recientemente divulgado no hay nada que amerite estar reservado por la ley. Con él no se pone en riesgo la vida de ciudadano alguno, no se afecta la seguridad nacional, la estabilidad financiera o económica del país. Tampoco se revelan los datos confidenciales de nadie. Ninguno de los dos funcionarios hizo referencia en ningún momento a información delicada que tuviera que reservarse hasta después de la jornada electoral del próximo 7 de junio. Y por fortuna, encubrir las limitaciones morales o intelectuales de los funcionarios públicos, todavía hoy, a pesar de los graves retrocesos legales e institucionales, no es una causal de reserva en la Ley de Transparencia.
La conversación es motivo de vergüenza sí y de escándalo para su protagonista principal e incluso para la Máxima Casa de Estudios. A través de ella ha quedado al desnudo la limitación intelectual del señor Córdova, con sus evidentes problemas léxico-sintácticos, su lenguaje procaz, su mezquindad al burlarse de forma racista de los pueblos indígenas de México pero sobre todo su doble moral al proferir insultos y descalificaciones de representantes políticos indígenas con los que acababa de reunirse minutos atrás.
La respuesta que el presidente de INE ha ofrecido a los medios se parece a la realizada por Angélica Rivero en otoño pasado frente al escándalo de corrupción y conflictos de interés con respecto a la “Casa Blanca”. El Consejero Presidente leyó frente a cámaras un escueto comunicado donde pidió “disculpas” de manera seca e hipócrita, para después negarse a aceptar pregunta alguna de parte de los medios de comunicación. Eso sí, para desviar la atención, anunció que interpondrá una denuncia formal ante la PGR en su carácter de funcionario público y desde la institucionalidad del organismo supuestamente autónomo que preside.
¿Es entonces éste un asunto público o privado, señor presidente? De forma llamativa la victimización del señor Córdova está construida no desde el fundamento ... Para seguir leyendo oprima aquí